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La programación neurolingüística nos propone una serie de efectivos modelos que nos invitan a cambiar de actitud, experimentar la realidad desde una visión más amplia y salir de la zona de comodidad y rutinas que envuelven nuestro día a día para alcanzar nuestras metas y ser más felices.

Vivir la vida de una forma más positiva y emocionalmente saludable es una decisión, así como lo es tomar conciencia de las limitaciones o dificultades a las que nos enfrentamos en nuestra vida diaria. En este sentido, nuestros hábitos, a la vez que pueden ser agradables y satisfactorios, también se pueden convertir en una trampa perfecta que nos impide avanzar y que nos arrastra a esa sensación de inmovilismo, de estar estancados en el mismo lugar durante mucho tiempo.

La naturaleza del ser humano, como la de cualquier otro animal, es la de sobrevivir, adaptarse y buscar el bienestar. Nos acostumbramos a escuchar la misma música, ver el mismo estilo de programas o películas, realizar actividades o salir con el mismo tipo de personas. Esto también ocurre con nuestras conductas, pensamientos y emociones. En ocasiones, nos acomodamos en la incómoda realidad que vivimos sin encontrar una vía alternativa que nos lleve a resultados diferentes.

Salir de esta comodidad implica exponernos, correr riesgos, experimentar vivencias de otro tipo. Ante eso, nuestro cerebro nos puede llevar a dos opciones, entrar en pánico y activar el mecanismo del miedo que nos paraliza o nos hace huir, o bien, enfrentarnos al “peligro” y afrontar los cambios con la mentalidad de mejorar, crecer y fortalecernos.

Conseguir nuevas metas o propósitos nos lleva a pasar por este camino de transición entre lo conocido y lo que está por descubrir. Para esto no hay recetas mágicas o técnicas infalibles. La clave está en no ponerle límites a nuestra felicidad. Poner nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones a trabajar a nuestro favor.

Richard Bandler, co-creador de la PNL, en su libro The secrets of being happy (Bandler, 2011) nos da las cuatro condiciones para ser feliz:

Resposabilidad: nadie puede realizar cambios en tu vida salvo tu mismo, tu eres la persona que tiene que decidir que quiere, marcar la dirección, definir los objetivos y crear un plan.

Proactividad: las personas que quieren cambios positivos en su vida están orientadas a la acción, cuando deciden lo que quieren van a por ello y comienzan a dar pasos hacia esa dirección.

Agudeza sensorial: es la habilidad para darte cuenta de lo que está pasando a tu alrededor, incluyendo la forma en la que piensas y te comportas. En ocasiones somos nosotros mismos los que creamos o mantenemos nuestros problemas, y desarrollar esta habilidad también desarrolla nuestra habilidad para responder a las situaciones a las que nos enfrentamos.

Adaptabilidad: es posiblemente la condición más importante ya que si no tenemos la facilidad de cambiar nuestro comportamiento adecuadamente, en función de las circunstancias y del entorno, entonces nos podemos convertir en víctimas de éstas.

La PNL nos invita a tomar las riendas, a liderar nuestra vida poniendo a nuestra disposición las herramientas y recursos que necesitamos para conseguirlo. Nos anima a salir de los patrones de conducta y de pensamiento que nos mantienen en el bucle de nuestra limitada realidad y encontrar nuevas estrategias que nos lleven a relacionarnos con los demás y con nosotros mismos de una forma más positiva.

La pregunta que nos haría la PNL sería ¿cuándo estás dispuesto a cambiar?. El cambio ya está ahí fuera, la cuestión es cuando vamos a estar dispuestos a comenzar a dar pasos hacia nuevos caminos que nos conduzcan a tener vidas brillantes con plenitud y libertad personal.

 

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